Carta del mes de junio

    Queridos hermanas y hermanos y amigos todos en general.  Como cada mes me dirijo a vosotros para comentar algún tema puntual, con la ilusión de hacerlo desde la sencillez de mi humilde persona. Es un mes lleno de recuerdos pasados y tengo que poner orden para no extenderme demasiado, por eso voy a centrarme en la gran fiesta que celebramos hoy domingo día del  CORPUS CRISTI, hay un refrán que dice que los días que más luce  el sol en el año son JUEVES SANTO, DIA DE LA ASCENCION Y EL CORPUS CRISTI. Con esto está dicho casi todo, el  legado que Dios nos ha dejado a los hombres  en este mundo a través de su Santísima Madre fue a su hijo Jesucristo que se hace hombre como nosotros vive y comparte la fragilidad del cuerpo humano sufriendo y muriendo en una cruz entregándolo todo por nosotros, pero como es Dios resucita y nos saca de la esclavitud del pecado, y por si fuera poco en un alarde de amor y de locura se queda entre nosotros bajo las especies del PAN Y DEL VINO y está a nuestra disposición  para que vayamos a adorarle en el SAGRARIO, es muy difícil explicar una cosa tan grande y ese milagro diario de la Consagración que se realiza en cada Santa Misa. Los humanos y me meto yo el primero a veces somos muy desagradecidos con nuestro Dios y pasamos de largo de estos grandes acontecimientos, se nos mete la rutina vamos atolondrados por la vida mirándonos al ombligo como si fuéramos algo y nos olvidamos de lo más importante.  Hay que dedicar tiempo a Dios porque estamos en manos de El y no es tan complicado: cuidando el descanso del domingo en familia, asistiendo a la Santa Misa sin prisa, la visita al Santísimo, cuando andamos por el mundo que es lo nuestro y vemos esas torres de iglesias a lo lejos,  pensar que allí está el Señor esperándonos  y un sinfín de detalles más que podemos    agregar cada uno personalmente.  M e contaban una anécdota  de un japonés, no creyente que en una de las visita a una catedral  cámara en mano como es habitual en ellos le llamó la atención que había gente que pasaba delante de una cajita muy bonita y se hincaban de rodillas y hacían una genuflexión y le preguntó al guía  ¿por qué hacían esto?  Y le contestó, para nosotros los católicos, ahí  está Dios hecho hombre;  bueno hasta aquí todo normal,  la sorpresa   fue la reacción del japonés,  si yo creyera que está Dios haí no me movería de su lado.

    Que no nos acostumbremos a pasar de largo en nuestra vida de lo más grande que es el Señor en el Sagrario, cuidando detalles pequeños de cariño, haciendo bien la genuflexión delante del altar, vestir correctamente dentro del templo, estar en silencio para no molestar a los que hay alrededor, y aprovechar para hacer oración y contarle nuestras cosas, recibirlo en la comunión  con la debida preparación cuidando el ayuno, dando gracias sin prisa si lo hemos  tomado.

Que  Nuestra Santísima Virgen de las Mercedes nos haga ver y comprender este gran misterio.

                       Sin más me despido de vosotros con un cordial saludo

                                                           El Hermano Mayor: Luis Rodríguez Gutiérrez